

Mega Man 3 es donde la serie realmente comienza a sentirse como en sí misma: tienes la clásica acción de correr y gist, pero ahora con Rush the Robo-Dog (que es mucho más útil de lo que esperaba) y estos enfrentamientos extrañamente emocionales con Proto Man. Todo el "Dr. Wily es bueno ahora, ¡es broma!" La configuración es una tontería clásica de la era NES, pero funciona. Estás saltando entre los planetas mineros, explotando a los maestros de robots para sus armas, y luego, de repente, Proto Man aparece de la nada para probarte con ese tema de silbato asesino en el fondo.
Lo que me encanta es cómo los niveles te obligan a usar las nuevas herramientas, como el salto de la bobina de Rush o el movimiento de diapositivas, en lugar de solo spam al buster. Y sí, la dificultad aumenta con fuerza en las etapas astutas, pero ese es Mega Man para ti. Ese guante final todavía me da flashbacks.