

Mario Party 3 es el tipo de juego que convierte una noche tranquila con amigos en una rivalidad en toda regla. Eliges a tu personaje favorito, siempre voy por Wario porque, seamos honestos, él es el mejor, y luego está directamente al caos. Las tablas están llenas de trampas, atajos y esos caminos ocultos y astutos que lo salvan o arruinan todo su plan.
Los minijuegos son donde las cosas realmente se vuelven locas. Un segundo estás frenéticamente machacando botones en un tira y afloja, al siguiente estás tratando de no gritar mientras alguien roba todas tus estrellas en el último segundo. Y sí, la suerte juega un papel importante, pero hay una estrategia suficiente para evitar que la rabia (la mayoría de las veces).
Es uno de esos clásicos de N64 que todavía se mantiene, especialmente si tienes algunos amigos dispuestos a tirar. No me culpes cuando alguien voltea la mesa después de perder por una moneda.