Hombre, los asteroides en Game Boy me llevan de regreso: esa pequeña pantalla de alguna manera hace que el vacío interminable de espacio se sienta aún más intenso. Eres solo este pequeño triángulo de una nave espacial girando, lanzando rocas en trozos cada vez más pequeños antes de que inevitablemente vuelvan a ti. Los controles son simples (izquierda, derecha, empuje, fuego), pero la buena suerte no entran en pánico cuando tres asteroides gigantes y algo extraño de ovnis están tirando para ti a la vez.

Es uno de esos juegos en los que juras que solo jugarás durante cinco minutos, y de repente te han encajado en la esquina del sofá durante una hora tratando de vencer tu último puntaje alto. Los efectos de sonido también son pura nostalgia: ese ruido crujiente de explosión cuando finalmente clavas un tiro difícil nunca envejece. No me culpes cuando comiences a ver asteroides en tus sueños.